LA CONDUCTA COMO ALIADO PARA DEFINIR SALUD O ENFERMEDAD MENTAL…

Por: Psique

No existe un acuerdo general sobre cómo deben definirse  salud y enfermedad mental.

Algunos autores como Thomas Szasz (1960-61) afirman que la enfermedad mental es un mito.“Por definición la enfermedad no puede afectar a la mente solo al cuerpo”. En tanto que las enfermedades mentales son funcionales no resultan ser verdaderas enfermedades. Se trata de enfermedades metafóricas.

Los llamados pacientes mentales no desean para nada ser pacientes mentales, son prisioneros. Sus psiquiatras los tratan como si estuvieran enfermos, colocándolos en hospitales alterando química y quirúrgicamente  sus cerebros, cuando de hecho son  problemas matrimoniales, profesionales, sexuales, etc.

En general todos están de acuerdo en que no existe una distinción bien definida entre salud mental y enfermedad mental; los que no están mentalmente enfermos tienen ocasionalmente depresión, pierden su buen genio y sufren enfermedades imaginarias y los que están  mentalmente enfermos con frecuencia experimentan periodos de ausencia de síntomas. La salud entonces ya sea mental o física es un estado relativo. Esto es algunas personas son más sanas, otras menos sanas.

La salud por tanto es un estado de relatividad situacional o cultural. Sin embargo esto tiene limitaciones. Existen algunos síntomas de enfermedad mental que son manifestaciones universales y clases similares de conductas trastornadas que son juzgadas como anormales en grupos distintos.

Por otro lado hay criterios estadísticos, sociales, profesionales y personales que admiten la “anormalidad”.

Algunos psicólogos hablan de integración de la personalidad al definir la anormalidad y usan el término ajuste como sinónimo  de salud mental. Por eso cuando decimos que una persona está bien ajustada entendemos que es mentalmente saludable. Inversamente la persona enferma mental se dice que esta desajustada.

En otras palabras el individuo adaptado o mentalmente sano parece poseer características tales como: autoconocimiento, autoestima, sentimientos de seguridad, capacidad para aceptar y dar afecto, satisface deseos corporales y capacidad para aceptar y dar afecto, satisface deseos corporales y capacidad para ser productivo y feliz así como ausencia de tensión y de hipersensibilidad.

Etiquetar alguien diciendo que esta mentalmente enfermo constituye un juicio acerca su conducta, esto les pude generar angustia llevándolos a la degradación pública y a su propia desvaloración. Por eso es muy importante modificar las creencias populares de que los trastornos mentales son incurables o que son una desgracia. A causa de estas creencias provocan que estos males no se traten oportunamente y lleguen a un punto más grave de la enfermedad mental.

Es importante pues aprender y comprender tanto como se pueda acerca de esta forma de conducta y que cada uno de nosotros estaremos en contacto con la enfermedad mental de alguna época de nuestra vida ya sea en la familia o en el círculo de amigos.

Nadie está bien adaptado  en todos los sentidos. El individuo perfectamente adaptado constituye meramente un ideal. Hay épocas en que cada individuo normal o bien adaptado siente que es anormal. Sobre todo bajo tensión psicológica intensa siente que se vuelve loco y esto se fortalece si tiene un paciente enfermo mental.

Podemos cree que existe o no la enfermedad mental; que es un desajuste o no de la personalidad. Lo importante es que socialmente la mayoría admite esta categoría (enfermedad mental) y que el tratamiento  médico, psicoterapéutico o de cualquier tipo existe. Hablar de la situacionalidad de la conducta es hablar de, conductas que en una cultura son aceptada como adecuadas y en otras no tanto. De ahí que el etiquetar los individuos que presentan conductas anormales es muy relativo de acuerdo a los criterios de cada región.

-Psique.

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